viernes, 6 de abril de 2018

Trabajadores Aceiteros

5/4/2018, ámbito financiero



Cargill suspendió a trabajadores por hacer paros "sorpresivos"






Los trabajadores de la planta de Cargill, ubicada en la localidad santafesina de Villa Gobernador Gálvez fueron suspendidos sin goce de haberes desde este jueves, mientras que la planta se encuentra intervenida por personal de Gendarmería Nacional a raíz de los paros sorpresivos que realizaron los empleados, informaron fuentes gremiales.

Por su parte, desde la empresa emitieron un comunicado en el que aseguran que "la prioridad es la seguridad del personal, de las operaciones y de las comunidades en las que estamos presentes, y en virtud de los paros no programados que se suceden de forma frecuente e intermitente en distintas áreas de trabajo, que nos impiden operar en condiciones seguras, es que nos vemos obligados a tomar ésta decisión".

Esta mañana, cuando los empleados intentaron ingresar a trabajar, se lo impidieron treinta uniformados que descendieron de una traffic de Gendarmería Nacional.

"Nos encontramos de manera violenta y sorpresiva con los gendarmes y una nota que daba aviso de que estamos todos suspendidos hasta el diez de abril, debido a las medidas sorpresivas que estábamos haciendo", dijo a Télam el delegado gremial de aceiteros de Rosario, Marco Pozzi. 

El gremialista detalló que los apoderados de la empresa consideran que no es seguro operar de esa manera porque puede ocurrir una tragedia, "y por ende nos suspenden hasta el diez de abril".

No obstante, Pozzi subrayó que "jamás se rompió un equipo en una medida de fuerza, no dejamos de ver que éste es nuestro trabajo y no nos sirve romper los aparatos".

Además, el sindicalista precisó que al momento de detener la producción, se encontraban cuarenta camiones en la planta aguardando para realizar sus cargas, pero fueron trasladados a sus respectivos puertos por personal de seguridad.

En la misma línea, los apoderados advierten que se encuentran "haciendo las denuncias y presentaciones pertinentes ante las autoridades laborales y organismos de control".

En ese marco, los trabajadores se reunieron en asamblea para notificar las suspensiones en la totalidad de la planta, y resolvieron asesorarse legalmente para realizar las denuncias correspondientes, ya que entienden que las medidas de la empresa "rozan lo ilegal".

El conflicto en Cargill se originó a principios de año cuando 33 operarios fueron despedidos, y desde entonces se iniciaron medidas de fuerza exigiendo la reincorporación de los empleados con un acampe en las puertas de la planta, que ahora se encuentra totalmente paralizada.

lunes, 12 de febrero de 2018

Perspectivas gubernamentales


Reporte | Jornada Agro 2030: innovación para el desarrollo

Compartimos las ideas destacadas producto de la Jornada AGRO 2030
Publicado el Martes 02 de Enero de 2018


El Programa Argentina 2030, de la Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación; el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva co-organizaron la Jornada “Agro 2030: innovación para el desarrollo” el pasado 7 de diciembre en el Centro Cultural de la Ciencia, CABA.

Completo y documento aquí:

https://www.argentina.gob.ar/noticias/reporte-jornada-agro-2030-innovacion-para-el-desarrollo

viernes, 2 de febrero de 2018

Buzzi Cambió

En P/12 del 24/01/2018

El ex titular de la Federación Agraria es asesor de Monzó
Los caminos de Buzzi
El alguna vez representante de los pequeños y medianos productores rurales y uno de los protagonistas del conflicto por las retenciones móviles es hoy en día asesor del presidente de la Cámara de Diputados. "El desenlace de aquello fue que Cambiemos esté ahora en los gobiernos nacional, provincial y de la ciudad de Buenos Aires”, dijo sobre las protestas contra la resolución 125 en 2008, aunque admitió que su alianza con la Sociedad Rural fue "una contradicción grotesca".


Luego de admitir “el mar de contradicciones” en el que navegó cuando estuvo al frente de la Federación Agraria Argentina (FAA)y de haber calificado como “grotesca” a su alianza con la Sociedad Rural durante el conflicto por la Resolución 125, el ex dirigente rural Eduardo Buzzi reveló que es asesor del presidente de la Cámara de Diputados, el macrista Emilio Monzó, y como tal elogió las políticas del gobierno de Cambiemos.
El desenlace de quien fuera representante de los pequeños y medianos productores rurales y terminó siendo consejero de un gobierno conformado por ex CEOS de empresas multinacionales fue admitido por él mismo durante una entrevista por radio Del Plata en la que reconoció que el conflicto de hace diez años por las retenciones móviles "es una contradicción que todavía me cuesta explicar”.
En 2008, Buzzi en nombre de la FAA, Luciano Miguens en representación de la Sociedad Rural, Mariano Llambías por la CRA y Carlos Garetto por Coninagro encabezaron una entente que durante más de tres meses de 2008 intentó desabastecer al país y desestabilizar a la gestión de la entonces presidenta Cristina Kirchner.
Buzzi, ahora asesor de una de las principales figuras del macrismo en el Congreso, reconoció que esa Mesa de Enlace fue “un cambalache” en el que la FFAA “claramente estaba siendo usada no solo por los grandes productores sino por varios factores de poder”, que hoy ocupan puestos en el gobierno de Cambiemos. Cabe recordar que, después de más de 40 años, el Ministerio de Agroindustria volvió al frente de un ex titular de la SRA (Miguel Etchevere).
De hecho, en su análisis Buzzi opinó que “el desenlace de aquello (por el conflicto de la 125) fue que Cambiemos esté ahora en los gobiernos nacional, provincial y de la ciudad de Buenos Aires”, y además elogió las políticas puestas en marcha durante los últimos dos años en el sector rural: “Hay oportunidades de proponer y de negociar a pesar de que hay muchas asignaturas pendientes”, dijo.
Dijo que años atrás “los pequeños y medianos no podían exportar, por eso estaban en las rutas”. En retrospectiva, para él ese hecho fue “un delirio, un desquicio que no debió haber sucedido”.
Luego, el ex dirigente de la FFAA y ahora asesor macrista intentó justificar su posición de entonces apelando a su historial como militante. Evocó haber sido parte del “armado del Frenapo”, el Frente Nacional contra la Pobreza que denunció la dura realidad que atravesaba más de la mitad del país durante el gobierno de Fernando de la Rúa. “Venir de ahí y terminar en una Mesa de Enlace con la Sociedad Rural es una contradicción grotesca”, confesó.
En su opinión, esa “contradicción” de entonces -que sin embargo ratifica ahora en el Congreso- fue “responsabilidad” del ex presidente Néstor Kirchner. “Él debió hacer una alianza con la FFAA y la Uatre”, dijo y luego calificó de “caballero y gran tipo” al ex titular de la SRA Luciano Miguens, quien desde la tribuna de esa entidad llamó a votar por Cambiemos en 2015.

La entrevista:

miércoles, 24 de enero de 2018

La Banda Oriental


En La Nación, del 24/01/2018

"No se aguanta más": el campo uruguayo hizo sentir su reclamo al gobierno

Por Nelson Fernández

MONTEVIDEO.- "¡Queremos un solo Uruguay!" fue la consigna de la movilización de productores del sector agropecuario de este país, que expresaron su malestar por una nación que ven evolucionar a dos velocidades, una en la capital y la zona balnearia con récord de ventas, y otra en el campo, con pérdida de rentabilidad y amenaza a la viabilidad de los negocios.
"Estamos diciendo basta porque no se aguanta más", dijeron en la proclama leída por el periodista radial especializado en agro Jorge Landi.
Los discursos tuvieron un componente crítico con el sistema político y un reclamo de baja de gasto público, tanto del gobierno nacional como del Parlamento.
El movimiento de indignados que emergió en los primeros días de enero realizó ayer su concentración en la ciudad de Durazno, en el centro del país, con un acto al que adhirieron todas las gremiales rurales, cámaras empresariales de industria, comercio y servicios.
El lugar elegido para el acto fue un predio muy amplio y las imágenes mostraban muchos espacios vacíos. La concurrencia menor a la esperada puede quitar presión al gobierno, que temía una protesta de mayor magnitud.
Los organizadores destacaron que el acto fue "sin acarreos", "a la intemperie" y "sin dinero", pero el empuje de los días previos había hecho pensar que la protesta podía ser de mayor magnitud.
En concreto, reclamaron una baja de las tarifas de energía, de combustibles, del gasto público y una corrección del tipo de cambio para "eliminar" el actual atraso cambiario.
El gobierno mantiene su decisión de analizar posibles soluciones, pero con las gremiales formales del sector y no con este movimiento de productores de todo el país.
El acto se desarrolló en medio de una polarización agresiva en las redes sociales entre los oficialistas y la oposición.
"Si la grieta precisa alguien para tender un puente, encontrará en primer lugar a las víctimas, el campo, la industria, el comercio", dijo el conductor radial Serrano Abella.
La protesta se da en el marco de un crecimiento histórico de la economía, que comenzó a fines de 2003 y se extiende hasta este año, pero el sector rural se muestra en cambio más retrasado.
El informe anual del Ministerio de Ganadería y Agricultura indicó hace pocas semanas que la producción agropecuaria uruguaya terminó 2017 con un crecimiento de 0,52% y las proyecciones para el nuevo año son de estancamiento (+0.01%). Pero el PBI general se proyecta con una suba del 3%.
Las proyecciones de los servicios técnicos del gobierno estiman que la producción de carne vacuna crecerá 5% y la de leche 3%, pero todos los demás rubros caerán: trigo 25%, cebada 38%, arroz 12%, maíz 21%, soja 14% y sorgo 10%.
El primer orador fue el productor rural Federico Holzman, inspirador del movimiento de indignados rurales, que se quejó de la falta de respuesta de las autoridades y de la presión tributaria: "Estamos cansados que se nos ignore la voz, pero no se nos ignora a la hora de cobrar los impuestos".
También reflejó un sentimiento de muchos productores sobre la falta de acción propia para hacerse sentir: "quizá pecamos por ser demasiados mansos".
El ingeniero agrónomo Eduardo Blasina, consultor del sector, hizo una combinación de discurso político e informe económico, y fue quien expuso los fundamentos técnicos de la protesta.
"Se ha dicho que el agro no está tan mal, y es posible que no esté tan mal, porque siempre puede estar peor, pero lo importante es mirar hacia adelante", dijo Blasina.
Destacó el aumento del gasto público y dijo que eso se paga con presión impositiva que castiga la producción. "Hay que corregir un exceso de gasto que está ahogando a toda la economía, que no se puede sostener", dijo el asesor, con aplausos de los manifestantes.
Habló luego de "las mochilas" que carga el campo uruguayo y citó diez problemas: el dólar bajo (atraso cambiario), la inflación, el costo alto de la energía, los impuestos, el deterioro de infraestructura en caminos y carreteras, normas de rigidez laboral, el precio de la tierra, el peso de endeudamiento creciente, la falta de acuerdos comerciales con otros mercados, y "los prejuicios" que dividen a la sociedad y dificultan entendimiento.
Luego, el popular Serrano Abella expuso un discurso emotivo y habló desde el dolor de gente del interior del país: "Alguien tiene que desafiar esto y ese alguien somos todos nosotros dispuestos a pagar el precio que haya que pagar, porque la verdad, la libertad y la honradez cuestan caras".
La proclama final no solo incluyó una plataforma de reclamos, sino críticas al sistema político por gastos en el gobierno nacional, pero también en el Parlamento: "Exigimos a los políticos de todos los partidos que presenten ideas y no eslóganes bonitos creados por empresas publicitarias", señaló el documento.
Miles de manifestantes pidieron una menor presión impositiva y la reducción del gasto del Ejecutivo y el Parlamento





viernes, 12 de enero de 2018

La familia


En La Nación, 11/01/2018


A raíz de la reiterada difusión en medios de prensa de una situación de familia que está planteada en el ámbito judicial, la señora Leonor Beatriz de Etchevehere, madre del ministro de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, envió a LA NACION la siguiente carta:


Suena duro. Pero fueron cincuenta años escribiendo, participando, opinando. Siempre en defensa de los principios que invariablemente hemos sostenido en la Asociación de Diarios Entrerrianos (ADDE), luego en la Asociación de Empresas Periodísticas Argentinas (ADEPA) y en el presente en la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). Junto a Luis Félix Etchevehere, mi esposo, transité una historia de creaciones, pasión y trabajo. Diarios y campos. La fuerza de la palabra y la apuesta por la tierra, donde se aprende a sembrar esperanzas mirando al cielo.
En el largo camino fundamos nuevas sociedades familiares y continuamos otras por las que habían luchado ancestros durante cinco generaciones. La muerte intempestiva y siempre injusta y dolorosa se llevó a mi esposo el 6 de septiembre de 2009. Mis hijos y yo decidimos entonces asumir tres compromisos: no olvidar, no separarnos, no romper la unidad familiar. De las empresas que controlábamos, asumí la presidencia. De las que participábamos minoritariamente, integré directorios. Mis hijos respetaron obras materiales que entre mi esposo y yo creamos, pero forjaron también sus propios sueños, marcados de igual modo por el olor a tinta y a la tierra. 
Luego la disidencia, seguramente fundada en errores de los que todos participamos. Cosas de familia. Un dolor que tenemos derecho a preservar en la intimidad de nuestros corazones. Un deseo profundo por resolver diferencias. Pero lo que debía analizarse, descubrirse, mediarse en el grupo familiar, fue malamente mediatizado: ha opinado gente sin rostro y desconocida para nosotros. Se ha pretendido manosear nombres y usar otros; se ha mentido y bajado al nivel de quienes zaherían y zahieren sin que nadie los hubiera llamado a una situación de familia. Ni los llamamos ni nos llamaron. A mí nadie me preguntó por la verdad de nuestra historia, sobre la cual podría haber contestado o no amparada por el derecho constitucional a defender la intimidad de mi familia.
Se nos imputaron hechos y responsabilidades que ni sucedieron ni tenemos por qué asumir. Nos han pegado sin escuchar y sin saber. Como si de la agresión se pudieran forjar seres mejores. A veces molesta la unidad y también la buena sobrevivencia de una familia antigua en este herido país. Y molesta también la voluntad firme con la que persevero por custodiar como madre y abuela a mi familia y a una muy larga historia de trabajo y realizaciones, con las que me siento comprometida y orgullosa.


No somos parte de una epopeya ni emulamos santos ni justificamos errores. Somos una familia mayoritariamente muy unida: Luis Miguel, Sebastián, Juan Diego y yo, con una maravillosa continuidad en los nietos (mis grandes amores), de quienes espero con ilusión respeto por el pasado familiar y vocación de continuar unidos hacia el futuro. Hay una Justicia que sabrá dilucidar razones y sinrazones, y si bien lo opinable es de libre expresión, estoy segura por igual de que sus límites deben estar configurados por la sacralización de la verdad, de la que no podemos evadirnos. Como decía Zahorí, mi tan recordado esposo: "Segundos, afuera".



martes, 19 de diciembre de 2017

martes, 26 de septiembre de 2017

70/30


Omar Príncipe reelecto presidente de la Federación Agraria


Omar Príncipe fue reelecto como presidente de la Federación Agraria Argentina al imponerse con el 70% de los votos a la lista apoyada por De Angeli, y encabezada por Omar Barchetta.
En el 105 Congreso Anual Ordinario de la Federación Agraria Argentina, Omar Príncipe fue reelecto como presidente de la entidad, con una amplia diferencia frente a quienes conformaron una lista interna afín el gobierno de Mauricio Macri, apoyada por Alfredo De Angeli y encabeza por el ex diputado nacional Omar Barchetta.
El reelecto presidente, que había sido elegido por primera vez en 2014, se impuso por el 70% de los votos, en el Congreso Anual de la FAA realizado en el salón Metropolitano de la ciudad de Rosario.
Tras la elección, Príncipe FAA sostuvo que va a “seguir trabajando por conseguir las políticas públicas diferenciadas que tanto anhelamos en la Argentina”. Ya en la apertura del Congreso había destacado que “el modelo productivista solo, sin políticas diferenciadas para pequeños y medianos productores, no garantiza el desarrollo”. Yendo un poco más al fondo de la cuestión, señaló que “Se habla de millones de toneladas de materias primas producidas, pero hay cada vez menos productores agropecuarios”.
En cuanto a las cuestiones internas de la Federación, Príncipe llamó inmediatamente tras la elección a la unidad, señalando que “Somos todos federados, tenemos que trabajar todos juntos”.
Y en esa clave convocó a todos, tanto los delegados de Federación Agraria como a los pequeños y medianos productores para “seguir trabajando por conseguir las políticas públicas diferenciadas que tanto anhelamos en la Argentina”.
Por otro lado, hacia quienes se siente críticos de la conducción de FAA requiriendo más acciones de la federación, dijo que para los que “sienten que la FAA tiene que hacer más”, “vamos a hacer todo el esfuerzo posible que (se) necesita”. Así, expresó que anhela “una Federación Agraria que llegue a todo el país y que puede volcar las demandas de los pequeños y medianos productores”. Finalmente, indicó que “No podemos resolver los problemas, pero sí podemos acompañar a todas las familias agrarias del país; ése tiene que ser el compromiso que se tiene que renovar año tras años”.

viernes, 1 de septiembre de 2017

Huergo sobre Barsky

En Clarín del 01/09/2001


OPINION
La revolución se profundiza

Por HECTOR A. HUERGO. De la Redacción de Clarin Rural.
El campo está sembrando para alcanzar la mayor cosecha de la historia. La Secretaría de Agricultura estimó una recolección de 73,5 millones de toneladas, cinco más que el récord de esta última campaña. Es impresionante, porque esto ocurre en medio de una crisis financiera sin precedentes, que por supuesto afecta también al agro. Falta financiamiento, los bancos están retirados, y los proveedores de insumos recibieron la orden de cortar el chorro tras los incobrables acumulados.

Pero el proceso de fondo es tan fuerte que nadie puede detener lo que hace ya más de cinco años bautizamos, a principios de los 90 y antes del despegue, como la "Segunda Revolución de las Pampas". 

Y esto empieza a reflejarse, felizmente, en una nueva visión sobre el potencial del agro desde distintas vertientes. El pensador liberal francés Guy Sorman, en una nota firmada esta semana en La Nación, retomó el mensaje que había dejado en el congreso de AAPRESID, reivindicando el potencial del sector para sacar al país de la crisis. Más sorprendente fue Osvaldo Barsky, un sociólogo cortado por la tijera de la corriente progresista, al hablar casi con entusiasmo sobre los cambios que están ocurriendo en el campo, en un reportaje de Analía Roffo publicado el domingo pasado en Clarín. 

Y digo sorprendente porque acaba de editar un libro (junto a Jorge Gelman, "Historia del Agro Argentino"), que abarca desde la colonia hasta el 2000. Allí se pasa olímpicamente por alto el cambio en marcha desde los 90 y que, como marca este nuevo récord, se sigue profundizando. El propio Barsky, en algún encuentro casual, me había cuestionado la idea de que asistíamos a esta "Segunda Revolución de las Pampas". Para él no había más que pequeños cambios adicionales a un proceso que se había desencadenado en los 70. El libro confirmaba esa visión, como si no estuviera pasando gran cosa. 

Es cierto que el agro viene empujando desde antes de los 70, a pesar de que los teóricos aseguraban que el campo no respondía a los estímulos de mercado. Y entonces justificaban las transferencias de su renta a otros sectores "más dinámicos" a través de las retenciones y los tipos de cambio diferenciales. Lo que no es lícito es disimular el despegue de los 90, cuando se pasó de 30 a más de 60 millones de toneladas, con mucha más participación de las oleaginosas que son de más valor pero menos rendimiento. Y ahora vamos a producir ¡73 millones!. Si eso no es una revolución...

Los autores dicen en el libro que el aumento de la producción a mediados de los 90 fue consecuencia de la suba de los precios internacionales. Es falso, porque tras el pico de precios del 97 las cotizaciones se desparramaron y la producción siguió subiendo. Lo que provocó el cambio fue la capacidad de generar competitividad a través del cambio tecnológico interno y las mejoras del entorno productivo, con una mejor infraestructura y un avance del sector privado en el comercio y los servicios. Todo en un marco muy conflictivo, con una selección darwiniana tan antipática como inevitable. 

Pero al menos el Barsky del reportaje es otro. En este Barsky versus Barsky, me quedo con el que habla antes que con el que escribe. Si me hubieran hecho a mí la entrevista, creo que mis respuestas serían bastante parecidas (se puede encontrar en clarin.com.ar.). 

Comprender la esencia del fenómeno de las pampas es una de las claves para salir de la crisis. La visión tradicional niega la revolución, aún cuando está subrayada por cientos de evidencias. Para ella, el agro es un sector más al que le pasaron algunas cosas, como que le sacaron las Juntas o le redujeron el presupuesto al INTA. Lo esencial, en este caso, es bien visible a los ojos: el agro, a pesar de las enormes dificultades, sigue siendo una buena noticia. Casi la única. 






lunes, 21 de agosto de 2017

Y esto es todo a-a-a-a-amigos



Matias Longoni publicó:"Por Matías Longoni.- El 17 de agosto de 2017 no será recordado porque se cumplía un nuevo aniversario de la muerte del gran José de San Martín. Será recordado por el atentado terrorista que dejó ahora 14 muertos en Barcelona, España, y si queda lugar t"

Entrada nueva en Bichos de Campo

El día que el mismísimo Trump nos la puso con la carne porcina

por Matias Longoni
Por Matías Longoni.-
El 17 de agosto de 2017 no será recordado porque se cumplía un nuevo aniversario de la muerte del gran José de San Martín. Será recordado por el atentado terrorista que dejó ahora 14 muertos en Barcelona, España, y si queda lugar también porque ese día el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, se aprovechó de la ingenuidad de los argentinos. Literalmente, nos la puso.
Ese jueves por la tarde, a través de la página oficial de la Casa Blanca, Trump emitió un comunicado en el que informaba que la Argentina había aceptado el ingreso de carne de cerdo desde EEUU. "El presidente Donald Trump anuncia que Estados Unidos cerró el trato para exportar porcino a la Argentina", era el título de ese comunicado. Trump en persona hacía el anuncio, como corolario de la visita de su vicepresidente, Mike Pence, a la Argentina.
Pence, en efecto, había estado unos días antes en la Argentina y mantuvo reuniones con el presidente Mauricio Macri. Los observadores recordarán que en la conferencia de prensa que brindaron ambos, entre elogios al cambio de rumbo político en el país y definiciones de tono grave sobre la crisis en Venezuela, no se anunció ningún acuerdo concreto en materia comercial. La Argentina los esperaba, porque tenía una larga lista de reclamos pendientes de resolución con los EEUU. Pero no sucedió nada.
Pence se limitó a decir que había ánimo para "profundizar" los intercambios. Habló de la importación a la Argentina de cerdo producido en Estados Unidos y de un mayor flujo de compra y venta recíproca de carne vacuna.
¿Por qué no se hicieron anuncios ese día si estaba todo tan avanzado? No había mejor escenario que ese, con las dos partes presentes, un presidente y un vicepresidente, comunicando la decisión de ampliar el comercio, en rubros concretos, entre los dos países. ¿Por qué debió ser Trump el que concretara el anuncio tres días más tarde y a través de un frío comunicado?
pence (1)La respuesta es que ni Macri ni Pence pudieron anunciar nada ese día porque hasta ese momento no había nada arreglado. En materia de carne porcina, la pretensión de EEUU era conocida hace rato, pero como nunca antes se había sentido tanta presión.
Acostumbrado a decir que "para vender al mundo también hay que comprarle", Macri le dio su media palabra al enviado de Washington: el tema se iba a encaminar. Pero el presidente tropezó con la resistencia, más que razonable, de los técnicos del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), que antes de definir esa apertura esperaban que Estados Unidos diera garantías en materia de control de la enfermedad SRRP (Síndrome Respiratorio Reproductivo de los Porcinos). El virus apareció hace un par de meses en Uruguay y EEUU también sufrió casos. En la Argentina no hay antecedentes.
Por eso lo que en realidad se acordó es que una misión del Senasa visitaría en las próximas semanas algunas plantas porcinas de Estados Unidos antes de dar su visto bueno. No se les pide nada extraño sino las mismas garantías que ese país otorga a otros compradores de su carne porcina, como Sudáfrica.
Pero Trump se apresuró y nos la puso: no esperó el resultado de esa misión veterinaria. ¿Quién se animaría a dar ahora marcha atrás en la decisión de habilitar el mercado argentino luego de un comunicado de la mismísima Casa Blanca?
No solo logró el presidente estadounidense hacer para los suyos el anuncio que vino a buscar su vice. Sino que se lo llevó absolutamente gratis, sin ofrecerle a la Argentina nada a cambio. Nos la puso.
Es peor todavía. No debía Trump ofrecernos nada a cambio de que aceptemos su carne de cerdo. Lo único que se le debería haber exigido es que aplique fallos internacionales que le ordenaron a su país rehabilitar el comercio. Que cumpla le ley, eso que nos piden tanto a nosotros.
Fallos como el que en julio de 2015 (hace más de dos años) dictó la Organización Mundial de Comercio (OMC) ordenando a EEUU desmontar su prohibición a la carne argentina. Esa veda está vigente desde 2001 con al argumento del rebrote de fiebre aftosa de aquel momento. Pero la Argentina hizo bien las cosas y el último caso de esa enfermedad data de 2006. Han pasado más de diez años y nada.
Con el fallo de la OMC a su favor, nuestro Gobierno espero primero una reapertura antes de fin de 2015, pero nada. Luego negoció con Obama para recuperar ese mercado en 2016, pero nada.  Más tarde llegó Trump y todo volvió a echarse para atrás. Tampoco en su visita a Buenos Aires Pence brindó precisiones. Ni Trump en su comunicado.
Otro tanto sucede con los limones que todavía no se exportan a EEUU a pesar de los múltiples anuncios. El gobierno de Cristina de Kirchner formalizó una denuncia ante la OMC en 2012 porque a su juicio la histórica prohibición de Washington a la fruta de Tucumán "carece de justificación científica y configura una prohibición a la importación incompatible con las normas del Acuerdo MSF y del GATT 1994". También teníamos razón, pero nada.
La Cancillería, para maquillar los pobres resultados, sacó en las últimas horas un comunicado informando que finalmente Estados Unidos había autorizado el ingreso de limones. "Argentina regresará al mercado estadounidense de limones después de 16 años, habiendo cumplido exigentes requisitos fitosanitarios", decía. Quedaba entonces planteado el asunto como un trueque: limones por carne porcina.
En realidad este mismo anuncio ya se había hecho en varias ocasiones. Luego de la bilateral entre Trump y Macri a fines de abril, el Ministerio de Agroindustria informó el 1 de mayo exactamente lo mismo que se dice ahora y estableció como fecha de reinicio de los negocios el 26 de mayo. Pero no sucedió nada.
A instancias de la OMC, en rigor, Estados Unidos debería haber haber aceptado los limones argentinos bastante antes, en diciembre de 2016, cuando se publicó la decisión técnica respectiva. También lo había anunciado Agroindustria en ese momento. Pero no sucedió nada.
No es la primera vez ni será la última que Estados Unidos viola las decisiones de los organismos multilaterales que ese mismo país impulsa para el resto del mundo, no para el propio. Suele desobedecer las reglas que dicta en muchas materias, también en el plano comercial. Trump lo hace a cara descubierta y hasta resulta simpático, porque te lo dice.
Pero el problema es nuestro. Somos nosotros los que nos creemos cada anuncio que nos hacen desde Washington y que después se incumple. Y fuimos nosotros los que volvimos a ceder cosas a cambio. En este caso, la carne de cerdo.









jueves, 10 de agosto de 2017

Estudio sobre Glifosato

En EL FEDERAL, 10/08/2017



EL GLIFOSATO NO SE DEGRADA, SE ACUMULA EN LA TIERRA ARGENTINA


UN ESTUDIO DEL CONICET PUBLICADO EN LA REVISTA INTERNACIONAL ENVIRONMENTAL POLLUTION REVELÓ QUE EL PELIGROSO HERBICIDA GLIFOSATO SE ACUMULA EN LOS CAMPOS ARGENTINOS, SOBRE TODO EN ENTRE RÍOS [?]. LA EXAGERADA CANTIDAD UTILIZADA SUPERA LA CAPACIDAD DE DEGRADACIÓN DE LA TIERRA.


Una investigación publicada por la revista internacional Environmental Pollution y realizada por científicos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) reveló que el herbicida glifosato no hace más que acumularse en los campos argentinos, principalmente en la provincia de Entre Ríos [OK, el periodista no se da cuenta de que el estudio se hizo sólo en Entre Ríos].
Dada la enorme cantidad pulverizada y la afectación de los microorganismos encargados de su degradación, el producto no hace más que acumularse en las tierras con todo el riesgo tóxico que esto implica, es lo que revela un articulo del periodista Patricio Eleisegui, autor del libro ‘Envenenados‘, quien accedió a esta nueva evidencia del enorme impacto ambiental del veneno creado por Monsanto, utilizado por el sector agropecuario argentino en cantidades alarmantes.
El artículo de Eleisegui continúa así:
La investigación citada señala entre sus resultados que “bajo las prácticas actuales, las tasas de aplicación son más altas que las tasas de disipación“. Para luego resaltar: “Por lo tanto, glifosato y AMPA -su metabolito- deben ser considerados pseudo persistentes”.
El estudio en cuestión, sujeto a muestras tomadas en 2015 de distintos lotes ubicados en el distrito de Urdinarrain, en la provincia de Entre Ríos, sostiene que la concentración de glifosato constatada en esa zona se encuentra entre las más altas a nivel mundial. El equipo de científicos también ubicó rastros del herbicida en aguas de superficie, aunque a niveles más bajos que los comprobados en el suelo.
Damián Marino es doctor en Química y uno de los especialistas del CONICET que coordinó la experiencia. Consultado por este medio explicó que, en concreto, el monitoreo demuestra queel glifosato no desaparece” en tanto “se vuelca en el ambiente más herbicida de lo que la naturaleza puede llegar a degradar“.
Esto último, la acumulación, también es consecuencia del amplio paquete de plaguicidas que pulverizan los productores más allá del citado glifosato. Marino lo explica con claridad: “Todo lo que se aplica en el campo no ha hecho más que degradar a los microorganismos que se podrían encargar de hacer desaparecer al glifosato. Hoy por hoy, estas opciones de degradación están tan afectadas que casi no operan. El sistema de producción rompió al sistema que limpia. Y continúa echando más glifosato que antes“.
A tono con lo anterior, vale decir que Argentina aparece hoy como el país con mayor consumo de glifosato en el planeta, siempre en términos de cantidad de población [¿?]. Así, mientras que naciones como Estados Unidos -uso anual de 136 millones de litros- promedian 0,42 litros del herbicida por habitante, Argentina -187 millones- ostenta una pauta de 4,3 litros por cada persona que puebla nuestra geografía. Siempre en términos anuales, claro.
El glifosato y el AMPA muestran afinidad por las matrices sólidas, esto es, suelo y sedimentos. No se detectó concentración en aguas subterráneas“, concluye el estudio, que además recomienda “una revisión de las prácticas actuales de gestión agrícola con el fin de detener la acumulación constatada”, y exige una “reevaluación de riesgo toxicológico dadas las concentraciones (de glifosato) encontradas”.
“Hay un uso y un abuso del suelo, con una micro fauna afectada y una carga de químicos de uso permanente. El estudio no hace más que reafirmar que tenemos glifosato en todas partes y cada vez en mayor cantidad“, concluyó Marino ante este periodista.
En marzo de 2015, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), vinculada a la Organización Mundial de la Salud (OMS), declaró que existe evidencia suficiente para relacionar al glifosato con, precisamente, la proliferación del cáncer.